Título: Matar a un ruiseñor
Título original: To Kill a Mockingbird
Autora: Harper lee
Editorial: Ediciones B
Páginas: 416
Jean Louise Finch evoca una época de su infancia en Alabama, cuando su padre, Atticus, decidió defender ante los tribunales a un hombre negro acusado de violar a una mujer blanca.
Novela de iniciación, Matar a un ruiseñor muestra una comunidad, la del sur de Estados Unidos durante la década de 1930, dominada por los prejuicios raciales, la desconfianza hacia lo diferente, la rigidez de los vínculos familiares y vecinales, así como por un sistema judicial sin apenas garantías para la población de color.
Matar a un ruiseñor es de esos libros que siempre escuchas hablar, pero al no ser de este siglo, si nos sos asiduo a lecturas un poco más "viejas" no te animas a leer o no te interesa. Me pasaba algo así, digamos que no leo tanto libro viejo, más que los clásicos de ley que no podrías no leer nunca. Este último tiempo como me estuve alejando un poquito de la literatura juvenil y abriendo horizontes, me vino al dedo la publicación de Matar a un ruiseñor. Como había dicho, era un libro que siempre había escuchado hablar, pero nunca me había puesto a leer de que trataba (no seré hipócrita, nunca leo las sinopsis), así que dije Harper Lee allá vamos...
"Quería que descubrieses lo que es la verdadera bravura, en vez de creer que la bravura la encarna un hombre con un arma en la mano. Uno es valiente cuando, sabiendo que la batalla esta perdida de antemano, lo intenta a pesar de todo y lucha hasta el final pase lo que pase"
Quiero empezar la reseña diciéndoles la cantidad de veces que quise tirar el libro por la ventana... ¿Cómo? ¿¡¡Tan malo!!? No, no, ¡Es perfecto! pero las situaciones que nos planteaba Lee me eran tan fuertes, tan desafiantes que no podía no indignarme y necesitar para de leer para no desear meterme al libro y matar a toda esa sociedad retrógrada, tan parada en la estructura y sin abrir sus horizontes en búsqueda de algo mejor, más sano, más amigable, más liberal. Libro que no nos de ganas de tirar por la ventana por las situaciones, es libro que no nos tocó. Me pude dar cuenta que cada libro que es fuerte y te toca una fibra, vas a querer lanzarlo a algún lado. Somos seres humanos, y nuestra predisposición inicial es ignorar, tapar, ocultar. Osado el que quiere llegar más allá, el que abre la mente en búsqueda de otra verdad. Y el libro que nos permite ver eso, ser el Ulises de nuestro propio mundo, es el libro que vamos a querer romper por la indignación, porque, justamente está llegando más allá de nuestra resistencia, derribando todas las murallas inamovibles que la sociedad nos ha impuesto. Y, ese libro señores, será eterno, llevaremos una marca profunda en nosotros. Admiro cada escritor y cada libro que logró eso, y orgullosamente Harper Lee lo ha hecho.
"El que hayamos perdido 100 años antes de empezar no es motivo para que no intentemos vencer"
Matar a un ruiseñor nos sitúa en la década del 30, en un pueblo al Sur de Alabama, donde la vecindad y el comportamiento de cada habitante es sumamente importante para la vida. Jean Louise, nuestra protagonista, es una niña que crecerá junto a la historia. Huérfana de madre y con un hermano un poco mayor, sentirá todos los prejuicios de una sociedad en la cual, ser criada únicamente por un padre, está mal visto. De mente rápida e inteligente, Scout (Jean Louise) nos narrará su vida, sus aventuras, sus descubrimientos. Nos mostrará sin tapujos la sociedad estadounidense sureña, la discriminación y el racismo.
"—Vale, Dill, al fin y al cabo no es más que un negro.
—Me importa un comino. No es justo... no es justo tratarlos de ese modo."
Las primeras hojas son un poco introductorias y no tan atrapantes, pero luego, cuando los chicos crecen un poco (la historia empieza con Scout a los 7), y nos adentramos ya en la escuela, comienza la parte interesante, la esencial para comprender el resto. Scout empieza a crecer, y como corresponde a una niña, debe vestir vestidos y comportarse como una señorita, pero a ella no le interesa eso, quiere ensuciarse, jugar en el barro, correr con Jem (su hermano) y Dill (su mejor amigo). Ser un niña simplemente. Y cuando Atticus (su padre), el cual es abogado, toma un caso complicado y mal visto por toda la sociedad, será cuando la historia llegará a su punto climax.
"Para ella jamás me convertiría en una dama si usaba pantalones; y cuando le dije que con faldas no podía hacer nada, replicó que no era necesario que hiciese cosas que exigieran pantalones"
Como les dije al principio, la rudeza de la sociedad sureña me agotó e indignó profundamente. No lograba hacerme a la idea de cómo uno podía tratar a alguien igual a vos tan diferente, como el ser humano podía comportarse de una manera tan desagradecida. Era irónico ver como cumplían todos los domingos en la iglesia y luego iban a sus casitas de ensueño a darles ordenes a sus empleados negros. Creo que lo más indignante era que yo sabía que esto había pasado, que fue real, que así se manejaban, y no mintamos, todavía sigue pasando. Está escondido, pero pasa.
"Solo hay una clase de personas. Personas"
Harper Lee logró ser un Ulises en ese mar de injusticias y clases sociales. Creó una voz que es imposible no escuchar, la de una niña que con sus ojos inocentes y audaces nos mostrará la realidad tal cual la ve, sin tapujos, sin suposiciones, con lo enseñado, con la esencia.
"Llorar por el infierno puro y duro en que unas personas hunden a otras... sin detenerse a pensarlo siquiera. Llorar por el infierno en que los hombres blancos hunden a los de color, sin pensar que tambien son personas"
Matar a un ruiseñor nos plantea de una manera audaz y honesta la sociedad norteamericana de la década del 30. De forma fuerte, cruda, mordaz y hasta a veces cuasi cómica, Lee nos hará replantearnos nuestras creencias actuales, cuanto hemos cambiado y cuanto juzgamos sin conocer. De manera fluida, atrapante y singular, las hojas irán pasando y nuestra mente volando y cavilando cada situación. Una historia totalmente recomendada para todo amante de crear pensamiento e ideales, pero también para todo aquel que ame leer.
"—Pues mira, aquella noche al salir del Juzgado, cuando bajábamos las escaleras, miss Gates iba delante de nosotros; es posible que no la vieses, estaba hablando con miss Stephanie Crawford. Yo oí que decía que es hora de que alguno les dé una lección, que ya se salían de su esfera y que a continuación se figurarán que pueden casarse con nosotras. Jem, ¿cómo es posible que uno odie tan terriblemente a Hitler y luego, al mirar a su alrededor, sea tan injusto con personas de nuestra propia patria?"