Título: Landline - Segundas oportunidadesTítulo original: LandlineAutor: Rainbow RowellEditorial: Alfaguara (Penguin Random House)Páginas:376Georgie McCool sabe que su matrimonio está en problemas. Que ha estado en problemas desde hace mucho tiempo. Ella aún ama a su esposo, Neal, y él todavía la ama, profundamente, pero eso no es lo que cuenta ahora.Tal vez nunca lo fue.Dos días antes del que se suponía debían ir a visitar a la familia de Neal en Omaha para Navidad, Georgie le dice a Neal que no puede hacerlo. Ella es una guionista de televisión, y ha surgido algo en su programa, por lo que tiene que quedarse en Los Ángeles. Sabe que Neal se enfadará con ella —Neal siempre está un poco molesto con Georgie— pero lo que no espera es que él prepare a los niños y se vaya a casa sin ella.Cuando su marido y sus hijos parten hacia el aeropuerto, Georgie se pregunta si finalmente lo ha logrado. Si ha arruinado todo.Esa noche, Georgie descubre una manera de comunicarse con Neal en el pasado. No es viajar en el tiempo, no exactamente, pero ella siente que se le ha dado la oportunidad de arreglar su matrimonio antes de que comience…¿Es eso lo que se supone que haga?¿O Georgie y Neal estarían mejor si su matrimonio nunca hubiera ocurrido?
Este es el tercer libro que leo de Rowell y todavía no termino de saber si me gusta o no sus libros. Todos me dejan con la misma sensación, como de ¿Esto es todo? ¿No hay más?. Siento que cada uno de sus libros no logra convencerme o que no se termina aprovechando totalmente la historia. En este caso, el libro me pareció un poco sonso e infantil para tratar de una historia de dos adultos bien maduros.
—No puedes estar celoso de Seth —dijo Georgie tranquilamente.—De verdad —resopló él.—De verdad. Es como si el sol estuviera celoso de...—¿Un sol de tamaño comparable?—Iba a decir de la luna.—El sol probablemente está celoso de la luna —dijo Neal—. Está malditamente más cerca.
Georgi es una mujer de unos ¿treitapicos pasado, cerca de los 40? la cual está casada con Neal, tiene dos hijas pequeñas y un trabajo soñado. Pero en toda su vanidad no se da cuenta que su matrimonio se está derrumbando, que su marido es el pilar de su familia y que ella sería casi reemplazable. Cuando decide quedarse trabajando para Navidad en vez de irse a Omaha con su familia, por fin descubre que su matrimonio pende de un hilo muy fino. Neal se fue enojado y no contesta a sus llamadas.
Georgi al no querer ir a su casa desierta a la vuelta de su trabajo decide irse a dormir a la casa de su mama, en donde todavía está ese viejo teléfono amarillo que compró cuando era adolescente en una venta de garage. Pero lo que ella no imaginaba era que cuando llamara a Neal a Omaha, no sería su actual esposo, sino el Neal de 19 años.
Creo que el principal problema de que el libro no me haya terminado gustando fue Georgi. Su actitud egoísta, el poner siempre su trabajo sobre su familia, el pretender que Neal haga todo, crie a sus hijas. El que de por sentado que toda la vida iba a estar para servirle, y lo peor que nunca haya hecho que Neal encontrara un sueño, fue lo que más me enojó y me había odiar en cada momento que hablaba o pensaba ella.
Neal no le quitaba el aliento a Georgie. Quizás lo contrario. Pero eso estaba bien, eso era realmente bueno, en realidad, estar cerca de alguien que llenaba tus pulmones con aire
Los personajes están bien construidos, cada uno tiene su actitud predominante y con los pequeños flash-back que vamos teniendo podemos conocer al Neal de antes y el de ahora. Con Georgi sólo vemos que se mantiene igual. También vemos a un Seth un poco diferente y más maduro.
Lo que más me gustó fue el toque de humor y sarcasmo que había a lo largo de la historia. La escritura de Rowell es sencilla y ligera. Este es su libro más maduro, con personajes con problemas de pareja, demostrando que el amor no siempre es todo.
Landline es un libro para pasar el rato, con una historia con toques de humor, sentimentalismo y problemas reales. Con personajes bien construidos y con problemas reales y transparentes.
Esta era la razón por la cual nunca se permitía pensar en ello. Porque su cerebro se sumergiría más y más y nunca tocaría fondo. Ella no se permitía pensar en ello. Pero aún así lo sabía. Todos a su alrededor lo sabían, Margaret debía saberlo. Que Neal no era feliz. Que odiaba California, que se sentía alternativamente perdido y frustrado aquí. Atrapado.
Y todos sabían que Georgie necesitaba a Neal mucho más de lo que él la necesitaba a ella. Que las niñas necesitaban a Neal mucho más de lo que la necesitaban a ella.
Gracias a Penguin Random House por el ejemplar